Flashback
Un poco de humor agridulce.
Imagínome que para dos de mis cuatro lectores, SI, tú y tú que ya son treintones y que les tocó tragarse enterita la saga del famoso veterano de guerra RAMBO, y que espoleados por sus quijotescas aventuras, se iban a patear el cerro montando trampas mortales y camuflándose en charcos de fango. Quizás a tí y a tí les tocó también comprarse con harta ilusión el tristemente célebre "cuchillo oficial" de supervivencia, el cuchillo ícono de toda una generación de imberbes practicantes del campismo, el cuchillo que tenía T-O-D-O P-A-R-A S-O-B-R-E-V-I-V-I-R, SI!!! LEYÓ USTED BIEN, ¡¡¡T-O-D-O!!!
Aaah... ...¡pero qué recuerdos! Dentro de la bonita empuñadura hueca a la cual se accedía desenroscando la cascabeleante brújula (que bien podía quedar chulísima en la palanca de cambios de un trailer) venía tu kit infalible: Cerillos, cuerda sierra, artículos de pesca, todo ello envueltos apretadamente en una fina bolsita plástica.
Pero lo más importante, ¡no, si estos gabachos piensan en todo! en el fondo de dicha empuñadura añadieron una tuerca y una rondana, creo que pensando en algún desperfecto mecánico que pudiera sufrir tu bicicleta, auto, helicóptero, etc. Lo malo es que al desenroscar la tuerca con la rondana para hacer uso de ellas, y si no ponías suficiente atención, la hoja de acero inolvidable podía desengancharse como si de un mecanismo de eyección se tratase, caer al piso en un ángulo (siempre) fatal y romperse. Vaya! que bonito es casi todo!
Además, el fino cromo del que estaba hecha la hoja serviría como espejo de señales, el extremo serrado del lomo, ya no lo recuerdo, ¿sería para serruchar? ¿para desescamar peces? ¿para utilizarlo como guiro y cantar alegremente alrededor de la fogata? Eso sin contar el muy útil destapador de sodas, pues ¿quién dice que no puedes encontrarte en una situación en el que una gaseosa pueda salvarte la vida? ¡chale!
Y mira nada más, en tu funda traes una piedra de afilar, la cual venía muy útil, pues cuando la hoja perdía el filo (que era demasiado frecuente, no sé por qué) la piedrita te servía para pasar horas y horas de sana y meditabunda diversión tratando de sacar un poco de filo a ese fortísimo cromo. ¡Vaya! que hasta ahora vengo cayendo en cuenta que tenía un verdadero fire steel integrado en la piedra, pues el fierro, de tanto tallarlo, se calentaba y bien podía uno añadirle yesca, un soplidito y ¡a darle con la fogata!
Bien, que haciendo esta redacción han caído unas pequeñas lágrimas de emoción al ver esto en la red, el verdadero SURVIVOR, el cuchillo que todo sobreviviente debe, más bien, debió haber tenido. (si no es que gracias a él no terminó perdido, congelado o en el estómago de algún oso).
P.D. no se molesten por llamar al teléfono, la oferta de la navajita campestre ya expiró y ya no les quedan fundas qué regalar. jejeje! ¡Hasta la próxima!
Garrison