Taller Macgyverezco
Hule, madera y todo lo demás, La Resortera como arma de supervivencia
¿Qué tal camaradas?
Cómo olvidar que por allá nuestra tierna infancia, no faltaba en nuestro cajón de chucherías la efectiva “arma” con la que pasábamos un buen rato esparciendo el terror y barriendo a tiro limpio lo que se atravesaba en nuestro camino, Jaja, ¡¡qué recuerdos!! Así como antaño, esta herramienta sigue figurando en cualquiera de sus variantes, como una excelente arma de circunstancias, como quien dice nunca ha perdido vigencia. En un caso de emergencia y teniendo un mínimo de implementos a la mano, es casi seguro que le estamos apostando a un recurso relativamente fácil de fabricar y, como todo, mediante paciencia y práctica constante se puede volver sumamente efectiva para conseguir pequeñas piezas que en dado caso podrán terminar como el manjar del día.
Por supuesto que en el mercado hay modelos desde los más sencillos, artesanales e “infantiles”, con mucho colorido y formas divertidas, hasta los de categoría cuasi-táctica, diseñados para desarrollar una potencia impresionante, con aditamentos que permiten al usuario tener más precisión y utilizando munición cuyo daño podría ser equiparable +/- al de los diábolos disparados por los rifles de aire comprimido.
Bien, pues como es costumbre en nuestro Taller Macgyverezco, en esta ocasión veremos a manera de referencia cómo nos podemos hacer de una.
Una de las partes que conforman cualquier resortera es su característico cuerpo en forma de “Y” u horqueta, la imaginación manda, y consiguiendo cualquier material o dispositivo que emule esa forma ya tienes la mitad del camino avanzado, eso si, debe ser de una consistencia sumamente dura.
Como este experimento parte de algo muy sencillo, nos decantaremos por el material más usual, la madera. Aquí en mi región, lo más común es que –por tradición- se consigan las horquetas del árbol de mezquite (Prosopis laevigata) cuya madera es durísima y muy resistente, haciéndolo un artefacto casi eterno. Como vivo cerca de una zona descampada, encontrar un mezquite no es difícil, estoy rodeado de ellos, así que sólo es cuestión de patear el monte un rato y echarle imaginación para encontrar la “Y” perfecta en algún arbusto.
Encontré tres prospectos de horqueta entre unas ramas de mezquite que habían sido derribadas por la construcción de un tramo nuevo de avenida cerca de la base hyperboreana, así que no tuve el cargo de conciencia de depredar los alrededores del pequeño coloso, jeje!.
Como no puedo estimar qué tanto tiempo han permanecido en ese estado, las dejaré reposar unos cuantos días más para que terminen de secar. La horqueta que trabajaré para esta ocasión será la de enmedio.
Una vez que la horqueta ha secado lo más posible, trabajaremos en el desbaste de la corteza y la dejaremos lo más pulida posible, como pueden observar, tienen algunas protuberancias y nudos, los cuales se eliminarán a punta de navaja y lijado. Como mencioné, comencé con la más robusta y grande, que al final de este paso va a terminar de un tamaño aceptable para su manipulación.
Le haré unas hendiduras en los extremos de los brazos de nuestra horqueta, eso servirá para posteriormente, pasar y poder amarrar con más facilidad las ligas de sujeción y propulsión.
Así se ve ya desbastada, pulidita y con una ligera mano de barniz, para alargar su vida útil y que se vea de paso más coquetona, jeje! Me pareció útil practicarle un orificio en su base para pasarle un pequeño tramo de paracord que funcionará como fiador/rabiza.
Otra de las partes indispensables de nuestra arma de circunstancias es el material elástico que provee la propulsión. Existen muchas formas de adaptar este implemento, desde el trenzado de ligas de oficina comunes hasta la utilización de sondas vesicales o catéteres médicos (el implemento más común en los modelos “profesionales”). Cada una de estas opciones le imprime diferente capacidad de poder a nuestra arma. Enlistando este tipo de material de manera más “técnica” tenemos:
A) "Liga resortera". Es posible encontrar en el mercado un material elástico que es con el que yo he observado, se siguen fabricando las versiones “infantiles”. Merodeando por alguna que otra talabartería de mi ciudad, me enteré que a este material se le conoce como piolait (escrito puede ser pilolyte o pilolite, no sé, según como entendí fonéticamente a la encargada) esto es una liga sumamente gruesa y resistente, como pueden ver en la foto. Las hay de distintos calibres y colores, el par que les muestro son los calibres medios/delgados, medidas No. 8 y No. 6, las hay mucho más gruesas pues sirven como repuesto para algunos aparatos de ejercicios, pero en este caso no necesitamos tanto, nos decantaremos por los calibres que les muestro.
B) El catéter foley del calibre 22. A mi parecer, muy caras en comparación de otros medios de propulsión, ya que sólo puedes conseguir en una longitud muy limitada, y como digo, a un precio alto. La ventaja es que según se, provee un tiro bastante potente.
C) Ligas de calibre 64, son robustas y duraderas, de todos los medios creo que resulta el más económico si lo compras por caja (creo que vienen en presentación de 100g., y esas son bastantes ligas), eso si, deberás acoplar una serie de par en par trenzada en cada brazo de la horqueta, así le puedes añadir a tu “arma” más dureza y poder de tensión.
D) Cinta o venda Smarch, (no mostrada) ésta cinta de látex muy resistente es uno de los propulsores ideales, emula en buena medida las tiras de cámaras de llanta que antaño utilizábamos para nuestras creaciones. Como hoy en día es poco difícil encontrar una llanta con este aditamento, podemos hurgar en las farmacias o comercios especializados en implementos médicos y pedir un buen rollo de este material, suele ser una opción moderadamente económica, y como decía, sumamente efectiva en cuanto a poder de tiro.
La última, que no menos importante parte de nuestro artefacto, es la bolsa que sujeta la piedra. Puedes hacerla de varios materiales, lo más común y duradero es un pedazo de cuero, sacado de algún calzado en desuso. Una de las reglas para la selección de este componente es que no sea muy grueso/duro ya que batallarás para sujetar cómoda y efectivamente el proyectil de tu elección. En cuanto a las dimensiones, bastará un pequeño pedazo de 7.5 cms. x 2 cms. y deberás practicarle unos orificios a una distancia de 1 cm. de cada extremo. Yo utilicé una perforadora de documentos para tal efecto y funcionó de maravilla.
Ahora sí, sólo nos resta practicar los amarres correspondientes para terminar nuestra arma de emergencia.
Primero que nada, necesitamos dos tramos de liga "propulsora" de 29 cms., dos ligas de calibre 64 para realizar los amarres a las ramas de la horqueta y una liga del mismo calibre pero cortada a la mitad para hacer el amarre de la liga propulsora a la bolsa.