sábado, agosto 18, 2007

CAZA Y PESCA DE SUPERVIVENCIA = COMIDA DE EMERGENCIA

Introducción

En anteriores entradas (que los pueden revisar bajo la Etiqueta “Técnicas Básicas”) hemos tratado algunas referencias especiales que nos pueden ayudar a proveernos de refugio, fuego y agua, pudiendo sortear de manera más eficaz una situación de emergencia, pero ¿qué pasa con la comida? ¿Cómo podemos proveernos de alimento en un lugar inhóspito y desconocido? Bien, pues en las próximas entradas les expondré algunos consejos que he cosechado bajo mi experiencia y que considero podrían ser de utilidad para ustedes. A manera de introducción les compartiré un poco del “background” para reforzar la tónica de este tema.

Cuando yo llegaba a la tierna edad de 10 años, mi Padre comenzó a materializar su proyecto de la casa de campo familiar, a lo cual, pudo conseguir un terrenito y acondicionarlo para tal propósito. El terreno está asentado muy cerca del paso del Río Chuvíscar, y a escasos 10 kilómetros al oeste de la ciudad de Chihuahua. Era un lugar excelente, ya que a su alrededor habitaba una variedad increíble de fauna terrestre y acuática que a esa edad me parecía que visitaba un verdadero safari cada fin de semana. Cerca de la propiedad de mi padre se encontraba la casa de la persona con quien había cerrado el trato, era una persona muy afable que tenía bastante familia, entre ellos, tres chicos que rondaban mi edad. Pronto trabamos amistad y ese sería el inicio, sin saberlo, de mis primeras enseñanzas de supervivencia, que años más tarde me servirían como valiosos conocimientos aunándolos a lo que encontraba en literatura relacionada a este tema.

Era de verdad fascinante escaparse del campamento cercana la medianoche y recorrer el río aguas abajo para cazar, pescar y pasar un rato de aventura que permanece indeleble en mi memoria. Aprendí como improvisar una “caña” de pescar, anzuelos, trampas y realizar distintas maniobras para atrapar a las más diversas presas y por supuesto, prepararlas y cocinarlas para darse un festín estilo campirano. En este momento me dan escalofríos pues no era más que un niño, y muchas cosas pudieron salirse de control muy rápido en ese medio agreste y relativamente desconocido (una picadura de serpiente, ataque de coyotes, huesos rotos, etc.) pero bueno, bendito Dios no pasó a mayores.

Trataré de ir explicando de la mejor manera estas experiencias a manera de técnicas, enfocándolas como si aplicasen a casos de emergencia. Como siempre, es bueno aclarar que esto pretende ser una referencia, esperando que se ajuste a lo que ustedes puedan encontrar en sus comarcas y regiones.

Primero para abrir formalmente el tema, aquí tienen el “Top Five” de recomendaciones que deben ser tomadas en cuenta:

1- Lo primero que hay que hacer cuando en una situación dada carezcas de alimento o tus provisiones se hayan agotado, es no entrar en Pánico. Me he dado cuenta que en una situación de emergencia, el hambre suele ser acentuada por el erróneo racionamiento de que estamos alejados de cualquier comodidad que nos satisface esa necesidad. Nos hemos acostumbrado desgraciadamente a que en nuestras casas, con abrir el refrigerador, ordenar por teléfono algunas ricas viandas, acudir a “la tiendita de la esquina” o a un restaurante nos resuelve el problema, pero ¿qué pasa cuando nos encontramos aislados de esas comodidades?, por supuesto que un trastorno mental comienza a mermarnos la moral, amén que si padecemos de pésimos hábitos alimenticios esto se eleva a la “n” potencia.

Recordemos que la primera necesidad que hay que cubrir es la de mantenerse hidratados, el caso de la alimentación puede ser relegada a una segunda prioridad, ya que el organismo aún sin comer, puede subsistir de su grasa y otros compuestos en orden de mantenerse funcionando, así que no hay que entrar en pánico cuando nos demos cuenta que nos encontramos a años luz fuera del área de servicio de nuestra Pizzería preferida.

2- Hay que estudiar para cada salida de campamento. ¿QUÉEE? ¡Si!, estudiar los ecosistemas del área, las especies animales y vegetales, si existen especies protegidas, los depredadores y presas, sus hábitos de alimentación, ciclos de apareamiento, lugares donde se guarecen, incluso hasta tratar de reconocer sus huellas y excrementos. ¿Parece exagerado verdad? Bien, pues entre mejor hagas tu tarea, mejor te moverás en la zona que vayas a visitar en caso de que tu última “power bar” sea deglutida.

3- Es recomendable llevar a todo momento tu equipo básico de supervivencia, yo cuento con un bolsillo que contiene distintas herramientas que me pueden ayudar a sortear una situación de aislamiento en caso de separarme de mi grupo por algún descuido o accidente. Los implementos ayudan, pero depende de la inventiva de uno el hacerlos funcionar de manera provechosa.

4- Por lo anterior, es importantísimo aprender ciertas técnicas básicas. Es indispensable saber confeccionar con artículos del entorno las herramientas necesarias para conseguir presas, conocer el porqué cómo y cuándo de la caza y pesca.
Escuchar a la gente platicar sus hazañas es igual de provechoso, no importa si ellos han practicado estas tareas con armas y/o equipo especializado, la experiencia de las personas describe un hipotético escenario para nosotros y las personas más experimentadas pueden llenar huecos en las dudas que tengamos.

5- Cuando ya se esté en terreno, nunca hay que dejar de observar. Ejercitar nuestro ojo es muy importante, ya que podemos dar con pistas que nos ayuden tanto a detectar a nuestras presas como para poder predecir sus movimientos y entrar en acción si es necesario. Pelos enganchados en ramas, huellas, plumas, pieles, huesos, excrementos y otros indicadores pueden ser pasados por alto si no acostumbramos a nuestro sentido de la vista a resaltarlos del terreno circundante.

Bien, con esto utilizado como preámbulo, abrimos camino para las entradas que precederán.

Garrison

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