Pues con la novedosa novedad, que a pesar de años de domar cocodrilos, amansar tigres, pelear con osos a mano limpia, cachetear cobras, tepocatas y víboras prietas, tuvo que pasar lo inevitable, un estúpido error de cálculo con una hoja filosa y ¡BAM! terminé herido.
Afortunadamente, la mobilidad de mi dedo meñique se mantiene estable, no así la sensibilidad -que la he perdido en la mitad del mismo- eso probablemente les puede dar una idea de qué tan profundo fue, sutura interna y externa fue requerida. Podría ahondar en detalles, pero no quiero volver este blog al género Gore con el relato, jejeje! así es que sólo les dejo la dolorosa constancia de ese tonto error.
¡Cuídense niños y no intenten esto en casa!
Garrison
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