martes, diciembre 19, 2006

TÉCNICAS BÁSICAS
AGUA . PARTE I
Desde que el mundo es tal cosa, el agua ha jugado un papel vital para la supervivencia de los seres que a través de incontables lustros, han poblado su faz. El ser humano no es la excepción. Hay un proverbio que reza: "Niéguesele al hombre el agua, y sólo la falta de aire lo aniquilaría antes" . Creo que con esto se ejemplifica sin más ni más la importancia que tiene este líquido.

Antes de dar al lector algunas pistas de cómo encontrar agua en una situación de emergencia, y cómo poder volverla óptima para su consumo, les compartiré un artículo que describe primero que nada a otro enemigo invisible que puede atacarnos silenciosamente, teniendo consecuencias fatales si no se detecta a tiempo, hablaremos de La Deshidratación.

La deshidratación es la excesiva pérdida de fluidos corporales (agua con electrolitos). El agua representa aproximadamente el 60 o 70% del peso corporal de un adulto (y un mayor porcentaje en infantes). Los electrolitos son minerales que el cuerpo requiere para mantener el balance de los fluidos. En la mayoría de los electrolitos se incluyen el sodio, potasio, magnesio, fosfatos, cloro y calcio.

El agua es necesaria para todas las funciones corporales. Entre algunos de sus roles, el agua es esencial para la digestión, el metabolismo, la regulación de la temperatura corporal, al igual que para desocupar los desechos del organismo, mantiene la presión sanguínea y ayuda a las células a comunicarse. A diferencia de la comida (en cuyo caso una persona puede vivir sin ella por semanas) un adulto sin agua morirá en cuatro o cinco días.

El agua y los electrolitos se mueven libremente dentro y fuera de las células (osmosis) de acuerdo a un delicado equilibrio regulado primariamente por los riñones y las hormonas (que son los mensajeros químicos que regulan las actividades del organismo). Cuando ocurre un desequilibrio de fluido celular, el cuerpo responde automáticamente para restablecer ese equilibrio. Por ejemplo, si hay mucha dentro de una célula, y una insuficiencia de electrolitos, el cuerpo restaurará el equilibrio mandando al agua fuera de la célula hacia el área intra celular.

El cuerpo continuamente realiza ajustes rápidos y automáticos para lograr el equilibrio de los fluidos. Este mantenimiento constante del balance de los fluidos corporales es llamado homeostasis.

De cualquier modo, el agua no se almacena en el cuerpo y debe ser repuesta para compensar su perdida. Normalmente, cerca de 2.4 litros de fluidos se pierden diariamente a través de:

-Orina 60%
-Respiración y transpiración 35%
-Excrementos 5%

La pérdida de fluidos mediante la respiración y la transpiración se le conoce como “pérdida sensible de agua” pues la gente es inconciente de este proceso cuando sucede. Las condiciones que producen una pérdida adicional de agua y electrolitos se incluyen la diarrea, el vómito, la sudoración intensa y el amamantamiento.

La cantidad diaria de agua necesaria puede variar de persona a persona. La hidratación necesita basarse en factores como la salud de la persona, el nivel de la actividad física y el clima. Una leve guía para adultos saludables es alrededor de 8 a12 vasos de diarios. Si los fluidos corporales se pierden en cantidades más altas que lo normal debido a enfermedad o sudoración excesiva, entonces se necesitaría una dosis extra para reponer esas pérdidas.

La orina es el método más fácil para saber si el cuerpo está adecuadamente hidratado. La orina normal, de una persona bien hidratada será abundante y aparecerá clara o de un color amarillo pálido. Los bebés que estén bien hidratados mojarán su pañal cada 3 horas aproximadamente (eso suma cerca de ocho pañales diarios) si el flujo de orina disminuye o se torna amarillo oscuro, es una clara señal de que el organismo comienza a deshidratarse.

La sed es otra señal de que el cuerpo requiere líquidos. De cualquier manera, mientras que una persona experimenta sed, una deshidratación leve ha comenzado. Sin embargo, es importante ingerir una adecuada cantidad de líquidos y alimentos, y no confiar solamente en la sed para determinar cuándo beber.

Cuando no se han ingerido los suficientes líquidos para reemplazar los que se han perdido, la deshidratación se desata. Mientras la deshidratación se desarrolla, no hay suficiente agua que mover entre las células en orden de reestablecer el equilibrio de los fluidos corporales. Esta falta de agua puede afectar al organismo entero.

El corazón bombea más fuerte para mantener un adecuado flujo sanguíneo a los órganos. La presión sanguínea baja al tiempo que los niveles de los líquidos disminuyen. El reducido flujo sanguíneo a la piel y los reducidos niveles de agua evitan que el cuerpo transpire y disipe el calor. La distribución de los nutrientes que el cuerpo necesita y la eliminación de desechos se ve impedida. El peso de la persona comienza a bajar rápidamente mientras que el cuerpo literalmente se seca. Eventualmente, los riñones y otros órganos importantes comienzan a fallar. Coágulos de sangre pueden formarse mientras se reduce el contenido de agua en la sangre. Una persona puede desarrollar ataques, caer en coma y eventualmente morir sin intervención médica de emergencia.

Cuando la deshidratación se desarrolla por causas atribuidas al calor, complicaciones adicionales pueden incluirse como cansancio por calor (insolación) o golpe de calor (una condición potencialmente fatal que requiere intervención médica de emergencia). La deshidratación es acumulativa y comúnmente aumenta gradualmente con el paso del tiempo si la pérdida de fluidos no se repone adecuadamente.

En aquellos con mayor riesgo (bebés, niños y ancianos), la deshidratación puede convertirse de moderada a grave en tan solo 24 horas. Mundialmente, la deshidratación severa causada por vómito y diarrea es una causa líder de muertes de infantes. Adicionalmente, a mayor pérdida de fluidos, más tiempo se toma el organismo para compensar el déficit. El organismo deshidratado puede absorber solo cierta cantidad de fluidos a la vez, y necesita tiempo para reabsorber el agua gradualmente. Los riñones pueden no funcionar eficientemente debido a la deshidratación y pueden estar imposibilitados para procesar rápidamente el líquido recibido, lo que puede provocar un edema (exceso de líquido retenido). Este tipo de desequilibrio de líquido es lo contrario a la deshidratación, y también puede ser dañino. En los casos de deshidratación moderada a grave, donde los líquidos intravenosos son necesarios, el personal médico monitorea de cerca de los pacientes para asegurarse que los riñones estén trabajando apropiadamente y que el organismo puede manejar la reintroducción de líquidos. Si el cuerpo muestra señales de sobre carga de fluidos durante la re-hidratación, el grado de reposición se ralentizará.


Tipos y diferencias de la deshidratación.

La deshidratación puede ser leve, moderada o grave. Esto se determina por el porcentaje de peso corporal perdido debido a la pérdida de líquido. Normalmente, el organismo pierde y recupera de 1 a 2% de su peso a lo largo del día al tiempo que los líquidos son eliminados y reemplazados. Cuando la deshidratación ocurre, un alto porcentaje del peso corporal se pierde. La deshidratación puede progresar de leva a moderada a grave en cuestión de horas, especialmente en bebés y niños. La pérdida de peso de más de 15 al 20% está considerada como una emergencia médica y puede resultar en la muerte sin intervención médica de emergencia.

La deshidratación puede ser clasificada como:

Leve
3 a 5% de la pérdida de peso corporal - muy común, fácilmente tratable con bebidas y alimentos.

Moderada
6 a 10% de la pérdida de peso corporal - menos común, tratable con bebidas y alimentos. De cualquier manera, los bebés, niños y ancianos pueden necesitar apoyo de suero intravenoso en algunos casos.

Grave
Más del 10% de la pérdida del peso corporal – Impacta gravemente en la habilidad del organismo para funcionar y puede ser mortal. Es una causa de muerte significativa de niños en países subdesarrollados.

La deshidratación puede también ser definida por el tipo de desequilibrio Líquido/Electrolitos. Conociendo cada tipo de desequilibrio que se presenta en casos de deshidratación de moderada a grave, se puede asegurar la apropiada reposición de fluidos restaurando el balance apropiado de líquido/electrolitos del cuerpo. En estos tipos de deshidratación se incluyen:

Deshidratación Isotónica- Sucede cuando líquidos y sodio son perdidos en cantidades iguales. Esto es muy común en gente que toma diuréticos (medicamentos que incrementan la emisión de orina) o en personas con prolongadas y graves diarreas y vómitos. Esto representa aproximadamente del 70 al 80% de todos los casos pediátricos de deshidratación. También puede ser referida algunas veces como deshidratación Isonamétrica.

Deshidratación Hipertónica- Ocurre cuando se pierde más líquidos que sodio. Esto es muy común en personas que no obtienen suficientes nutrientes en su dieta (debido a la diarrea, vómito excesivo, lactancia y desórdenes alimenticios) o aquellos que padecen de Diabetes Insipidus (Tipo de Diabetes caracterizada por orina frecuente y sed) Puede ser también debido al uso excesivo de diuréticos, infecciones o fiebre. Éste representa aproximadamente del 10 al 20% de todos los casos pediátricos de deshidratación con diarrea. La deshidratación hipertónica es considerada la más peligrosa de esta categoría por sus riesgos y complicaciones. Los pacientes pueden parecer menos enfermos al principio y comúnmente no son llevados a tratamiento hasta que la deshidratación se vuelve más grave. Hay también riesgos asociados con el tratamiento (rehidrataciones rápidas que llevan a contraer edema cerebral). También puede ser referida como deshidratación hipernamétrica.

Deshidratación Hipotónica- Ocurre cuando se pierde más sodio que líquido. También puede ser referido a veces como deshidratación hiponamétrica, y representa del 10 al 15% de los casos pediátricos de deshidratación con diarrea. Puede ocurrir debido al uso de diuréticos o enfermedades del riñón. Aunque rara, puede ocurrir debido a la excesiva ingesta de agua, la cual disminuye excesivamente el nivel de sodio en el cuerpo y puede causar que las células del organismo se hinchen. Esta complicación puede ser amenazadora si la inflamación causa presión en el cerebro (edema cerebral).
Continúa…


Artículo publicado en:
http://healthysteps.healthcentersonline.com/
Editado por: Susan Janoff R.D.
Artículo traducido y condensado para este blog.

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